Hace poco vi este vídeo realizado por Allen Institute for Brain Science. ¡Me encantó! Refleja perfectamente la grandiosidad de nuestro órgano más precioso y a la vez, más desconocido: nuestro cerebro. Nuestro maravilloso cerebro está en constante evolución. Es el único órgano de nuestro cuerpo que podemos mejorar sea cual sea nuestra edad.
¿Qué hacemos para cuidarlo?
Nos preocupamos de hacer ejercicio y comer sano para cuidar de nuestro corazón, no bebemos alcohol en exceso para cuidar de nuestro hígado, revisamos nuestra vista periódicamente y nos lavamos los dientes a diario pero… ¿y nuestro cerebro?
Hasta ahora, nuestra sociedad ha premiado una forma determinada de trabajar con nuestro cerebro: hemos estado fomentando nuestra mente en modo HACER: pensar, memorizar, gestionar,..Este modo HACER, nos desconecta de lo que está sucediendo en el momento presente: mientras nuestra mente piensa y piensa, nosotr@s nos duchamos, conducimos, hablamos con otras personas,..con nuestra atención perdida en los pensamientos. Por otro lado, el mundo empresarial está evolucionando hacia la generación grandes cantidades de información que nuestra mente apenas puede asumir y que nos fuerzan a trabajar un tipo de atención superficial.
La meditación es medicina para nuestra mente. El Mindfulness nos ayuda a trabajar la atención consciente, una atención más profunda, nos ayuda a mantener la concentración durante más tiempo y nos hace más eficientes. Nos proporciona una visión más completa de lo que está sucediendo, de nuestra intención al iniciar una tarea, ayudándonos así a descubrir qué es realmente importante y priorizar.
Está demostrado que la práctica de Mindfulness cambia el cerebro, ayudándonos a generar nuevas competencias y a tener una percepción de nosotr@s mism@s y del entorno más clara. Además, aumenta la empatía y la autorregulación emocional. Estas habilidades nos facilitan la toma de decisiones en situaciones complejas y nos protegen frente al estrés. En definitiva, cuidar y mimar nuestra mente es cuidarnos y mimarnos a nosotr@s mism@s. ¿Qué estamos esperando para comenzar a practicar?