La elección de precios de sus productos es una duda habitual en las empresas.
Se trata de lanzar un producto al mercado y definir, entre otras muchas cuestiones, a qué precio lo venderemos.
Una respuesta fácil sería fijarnos en el coste de producción y en la demanda. Hallar el punto en que se cruzan y…..Voilà!! Ya tenemos el precio exacto.
Pero más que fácil, esta es la respuesta imposible. Muy bien desde la teoría pero… ¿como puede aplicarse en la práctica?
Las grandes empresas, tienen equipos en su departamento de marketing que se encargan de definir la estrategia de precios y la política de precios.
La determinación del precio, como es obvio, tiene mucha incidencia en los resultados. Es por tanto una cuestión crucial para la supervivencia de la empresa y depende de múltiples factores.
Factores a tener en cuenta a la hora de fijar los precios
Por una parte, es imprescindible tener en cuenta cuales son nuestros costes de producción, pero también cuales son los precios que establece nuestra competencia. Además, es importantísimo conocer cómo se comporta la demanda de nuestro producto, esto es, cuanto aumenta o disminuye ante cambios en los precios. Por otra parte, no podemos olvidar la percepción que sobre el valor añadido de nuestro producto, respecto del de la competencia, tiene nuestra clientela. La percepción del valor es un componente subjetivo difícil de determinar e implica conocer profundamente a nuestro target (mercado objetivo o destinatario final de nuestros productos).
Y conocer todo lo anterior, implica disponer de datos. Algo difícil para las grandes empresas, cuanto no para las pequeñas!!
Sin embargo, es imprescindible dedicar recursos a la toma de esta decisión. Los errores en la fijación de precios, comportan resultados en el corto plazo incidiendo directamente en los ingresos de nuestra cuenta de resultados.
Así que, cada vez que un@ client@ me pregunta sobre esta cuestión, solo puedo añorar mis primeras clases de Teoría Económica en que los problemas propuestos por la profesora comenzaban con un enunciado como: “Para un precio dado, supongamos que……”.