Vivimos en un mundo que promueve la multiactividad. Multitasking consiste en llevar a cabo más de una actividad al mismo tiempo. Ver la tele a la vez que enviamos un mensaje por el móvil o leemos una revista, enviar un mail a la vez que contestamos al teléfono,…Los avances tecnológicos han empeorado esta situación al exponernos a múltiples estímulos. La multitarea en entornos laborales está directamente relacionada con la efectividad y el alto rendimiento. Pero,¿ es así realmente?
Un estudio de la Universidad de Standford publicado en el año 2012 demuestra que el hábito más productivo es hacer una tarea cada vez y completarla. Los investigadores han demostrado que las personas acostumbradas a” manejarse bien” en un entorno multitarea tienen mayores problemas para organizar sus pensamientos y filtrar la información relevante y además son más lentos en el proceso de cambiar de una tarea a otra!
Según otro estudio de la Universidad de Londres, los “multitaskers” necesitan un 50% más de tiempo para cumplimentar cualquier tarea y cometen un 50% más de errores. Esta situación lleva a una caída del 40% de la productividad. Parece que no concentrarnos plenamente en lo que estamos haciendo dista mucho de ser un hábito eficiente. Nuestro cerebro está preparado para enfocarse en una sola tarea cada vez. Y lo que es peor, estamos transmitiendo esta cultura a nuestr@s hijo@s apuntándoles a mil extraescolares: Inglés martes y jueves, deporte lunes y miércoles y música los viernes o sirviéndoles de modelo: hablamos con ellos mientras leemos los mensajes del móvil y les ponemos la cena a la vez que memorizamos nuestra próxima conferencia…
Cuando este hábito es continuado, los estímulos superan la capacidad de respuesta del organismo y acaban derivando en estrés. Y con el estrés, contracturas musculares, insomnio, irritabilidad, agotamiento,….Parece que el estrés forma parte de nuestra vida laboral de forma natural.
¿Cómo nos puede ayudar Mindfulness?
La práctica de Mindfulness nos permite gestionar nuestro tiempo de una forma más eficaz, desarrollando nuevos hábitos y perspectivas que nos ayuden a priorizar lo verdaderamente importante. En un curso de MBSR ayudamos a detectar cuáles son nuestras fuentes de felicidad y cuáles son nuestras fuentes de estrés. Esta información nos ayudará a encontrar nuestro punto de equilibrio y nuestra felicidad.