En castellano tenemos un problema con la palabra autocompasión. Su definición: sentimiento de pena o lástima hacia uno/a mismo/a, nos supone rechazo ya que no nos gusta el lugar en el que nos coloca. Nos sitúa ante la incapacidad, el fracaso, la debilidad,…El papel de víctima que nadie quiere coger. Todos queremos ser héroes y heroínas triunfadores,… y más en el competitivo mundo de la empresa.
Sin embargo, el significado de la autocompasión no tiene que ver con su definición oficial ni con la queja o la autocomplacencia, tiene que ver con la aceptación. Aceptarnos a nosotros/as mismos/as mientras vivimos una situación dolorosa, cuidarnos y tratarnos como haríamos con una persona querida cuando está pasando por un mal momento. No resignarnos, ni dejar que la situación nos supere. Simplemente, aceptar lo que estamos viviendo y cuidarnos. Porque la base de nuestro sufrimiento está en aquello que no somos capaces de aceptar. Las personas tendemos a resistirnos a lo que sucede porque enseguida imaginamos cómo podrían haber sido las cosas de otra manera. Y es cierto, podrían haber sido… pero no son. Debemos reaccionar ante lo que ocurre, no ante lo que nos hubiera gustado que ocurriera. Cuanto más tiempo tardemos en aceptar, más tiempo perderemos y más sufriremos. En euskera, el término es muy claro: Onartu (algo así como “Tómatelo bien”).
Y una vez que hemos aceptado el fracaso, el contratiempo, ejerzamos la autocompasión, cuidemos de nosotros/as mismos/as. ¡Mimémonos! Somos seres afectivos. Nuestro cerebro es afectivo y no hay manera de cambiar eso. Si reconoces el dolor, te acercas a las emociones negativas con equilibrio y te tratas bien, sacarás lo mejor de ti mismo/a, rendirás más. El perfeccionismo y la autocritica no ayudan, limitan.
El proceso de la autocompasión podría ser algo así:
- Reconoce que una situación (no lograr un objetivo de ventas) o persona (tu superior no reconoce tu trabajo como crees que mereces) te ha causado dolor.
- Acepta interiormente o verbalizándolo frente a la persona que lo ha causado: “esto que ha sucedido me ha dolido” “esto que has dicho me ha hecho daño”
- Puedes decirte a ti mismo/a: No es nada extraño, muchas personas se sentirían igual en esta situación.
- Dedica unos minutos a mimarte, como harías con un amigo que está pasando un mal momento.
En definitiva, autocompasión no es resignarse, ni quejarse, ni “tirar la toalla”. Es aceptarse y cuidarse para poder gestionar los contratiempos de forma más eficiente. Darwin ya incorporó la compasión dentro de su teoría evolutiva y eso que no sabía de cuan exigente sería sobrevivir en este frenético mundo!