Pactos de personas socias: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

por | Feb 2, 2024 | Laboral

En general, y a diferencia del mundo animal, los seres humanos somos muy dados a procrastinar. Esto significa que vamos dejando responsabilidades y tareas para otro día, especialmente cuando no nos agradan. Hasta que llega el día que, o bien, las tienes que hacer por imposición o bien vienen las consecuencias de no haberlas atendido en su momento.

Esto en el mundo empresarial es bastante habitual, nos excusamos en que el día a día nos “come”, pero la realidad es que realizamos primero las tareas más urgentes por cuestión de plazos u otras circunstancias similares y después las que más nos satisfacen, ya sea porque se nos dan bien o por otros motivos.

Según nuestra experiencia, esto es bastante habitual en los pactos de personas socias. Cuando te asocias con alguien y montas una empresa, normalmente hay sintonía. Al fin y al cabo, remáis en el mismo barco. Pero, ¿qué ocurre cuando alguien se fractura un brazo y no puede remar en unas semanas? ¿O si es el suplente?

Esto se puede aplicar a tu empresa perfectamente, ¿tenéis contemplado qué ocurre si alguien coge la baja? ¿Cómo se le retribuye? ¿Todas las personas socias perciben la misma nómina o depende de las responsabilidades que tengan? ¿Qué sistema retributivo tenéis implementado para las personas socias? ¿Consta detallado y por escrito? ¿Habéis acordado algo respecto a las vacaciones y los días libres? ¿Horarios?

En la red hay multitud de documentos de pactos de personas socias, modelos genéricos que atienden a la parte más mercantil (funciones, entrada y salida de personas asociadas, modo de toma de decisiones, etc.) Pero suelen dejarse cuestiones más sociales y que son fundamentales para la supervivencia de la empresa en el día a día, intentando evitar fricciones.

Cuando nos reunimos y os proponemos la redacción, negociación y firma de un pacto de este tipo, es porque conocemos la realidad de multitud de empresas y estas fricciones son más habituales de lo que pensamos. No hay que tener miedo o vergüenza a sentarse a redactar y negociar este tipo de acuerdos, ya que pueden ser beneficiosos en el futuro, cuando las circunstancias vayan variando. Además, se pueden ir renegociando y modificando cuando sea necesario y todas las partes estén de acuerdo.
Si aún no tienes tu pacto, en Interalde podemos ayudarte a negociarlo y confeccionarlo.

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