En muchas ocasiones, en las empresas pequeñas nos encontramos con personas en la gerencia que no ven la necesidad de hacer presupuestos anuales de tesorería. Su razonamiento es que, a fin de cuentas…. nunca se cumplen. En otras ocasiones, aseguran llevarlo “en la cabeza”.
A pesar de que efectivamente, nunca se cumplen al 100%, considero imprescindible “gastar” el tiempo que nos lleva una planificación tesorería. Sacarlo de la cabeza nos permitirá, además, analizarlo con más distancia.
Algunos de los motivos para hacer un presupuesto anual de tesorería
1) Sabremos las necesidades de financiación que vamos a tener durante el ejercicio.
Seguramente, ya sabemos cuánto queremos vender, en qué mercados esperamos crecer, qué nuevos mercados vamos a abrir y también sabemos los costes asociados a este crecimiento, tanto fijos como variables. Hacer una previsión de lo que esto supondrá en el flujo de caja, es decir, en la disponibilidad de dinero líquido nos permite anticiparnos a los picos bajos, así como a los excesos de tesorería.
2) Podremos decidir qué tipo de producto financiero vamos a necesitar, cual es el más conveniente en cada momento y cuál nos costará menos.
Si hemos previsto cuáles serán las necesidades, contamos con el tiempo necesario para ver qué productos se ajustarán mejor.
Se puede afectar al circulante por motivos diversos. Quizá los nuevos client@s utilizan medios de pago diferentes a los habituales en nuestra empresa. O quizá nos vemos obligad@s a incrementar los plazos de cobro para penetrar en otros mercados. Quizá las nuevas líneas previstas necesitan estocar más material, con el coste que ello conlleva o quizá se incremente el plazo medio de rotación de nuestros productos…. La casuística es muy variada y las soluciones también.
Puede suceder que una nueva línea de negocio deba ser financiada con financiación a largo plazo o incluso con ampliaciones de capital.
3) Podremos planificar cuál es el mejor momento para iniciar los trámites de solicitud con las entidades financieras.
A las entidades financieras nunca les “gusta” que sus clientes pidan por necesidad. Siempre se sienten mejor predispuestos ante client@s que prevén con tiempo sus necesidades. Es una referencia de buen hacer y de profesionalidad.
Además, para el análisis de riesgo de la operación nos solicitarán datos y declaraciones actualizadas. Podemos saber en qué momento, la “foto” que sobre nuestra salud financiera ofrece nuestros datos es mejor, y solicitar entonces la financiación.
4) Será más barato poder elegir entre los productos financieros en lugar de vernos obligados a coger lo que nos ofrezcan. Las peores decisiones son siempre las que se toman con premura. La necesidad hace que nuestra posición en la negociación empeore. Esto no sólo puede acarrear incremento en el coste de la financiación. Puede obligarnos a aceptar condiciones no deseadas. Por ejemplo, avales personales en la operación.
5) Las desviaciones, que sin lugar a dudas se van a dar, también nos van a ayudar.
Podremos sacar conclusiones. Conocer las desviaciones respecto a lo presupuestado, nos permite ver cuándo, dónde y por qué motivo se han producido. Una vez analizado, podremos implementar mecanismos de corrección.
El presupuesto de tesorería está vivo. Tan vivo como nuestra empresa. A lo largo del año, lo deberemos ir modificando en función de los cambios que se vayan produciendo.
A pesar de esto, el presupuesto de tesorería es una herramienta muy útil para el control de las finanzas de la empresa.
Y tú…….¿Ya has hecho el tuyo?