Elegir la forma jurídica de una empresa es una tarea primordial antes de poner un negocio en funcionamiento. A la hora de elegir la forma jurídica más adecuada, debemos tener en consideración aspectos mercantiles, laborales y fiscales. Sin embargo, no podemos olvidar aquellos aspectos más subjetivos como, por ejemplo, los reputacionales.
¿Qué es la forma jurídica de una empresa?
La forma jurídica de una empresa es la identidad legal para llevar a cabo la actividad económica de una empresa. Esta identidad legal marca el desarrollo de su actividad, así como sus obligaciones fiscales, las responsabilidades ante terceros o su régimen de funcionamiento.
La empresa tendrá un tipo de obligaciones u otras según la forma jurídica que elija.
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¿Qué formas jurídicas puede adoptar una empresa?
Existen múltiples formas jurídicas que puede adoptar una empresa. Aunque muchas personas empiezan como profesionales del trabajo autónomo, éste no es el único modo de iniciar un proyecto empresarial.
Algunas de las principales opciones que puedes adoptar en tu empresa son las siguientes:
Empresario individual.
La característica principal de esta modalidad es que la responsabilidad en que se puede incurrir con la actividad económica recae íntegramente en la persona titular, que responderá con todos sus bienes presentes y futuros.
En ocasiones, se puede limitar parte de esta responsabilidad para que no recaiga sobre la vivienda habitual mediante anotaciones en el registro de la propiedad.
Sociedad de responsabilidad limitada.
Puede ser unipersonal (una única persona socia), nueva empresa, profesional, de formación sucesiva… La característica principal es que se crea una nueva persona jurídica que es quien desarrolla la actividad empresarial y sobre quien recae la responsabilidad en última instancia siempre y cuando se cumpla con los requerimientos legales.
Sociedad cooperativa.
Existen numerosas sociedades cooperativas dependiendo bien del número y tipo de socios, así como de la actividad que desarrollen: cooperativas de trabajo, de consumo, de vivienda, agrarias, de servicios…
Al igual que las sociedades de responsabilidad limitadas, las posibles responsabilidades en que se pueda incurrir por el desarrollo de la actividad económica recaen sobre la propia cooperativa y no sobre las personas que la forman. Tiene un tratamiento fiscal mejor que las sociedades limitadas, pero a cambio, también tiene que cumplir más requisitos.
¿Cuál es la mejor forma jurídica?
No hay una forma jurídica ideal, si no que elegir la mejor opción depende siempre del tipo de empresa que quieras llevar a cabo. Según tus objetivos y el funcionamiento de tu negocio, debes inclinarte por una u otra opción.
Existen algunas actividades y/o sectores que, por su riesgo económico, aconsejan formas de empresa que limiten la responsabilidad de las personas implicadas. Asimismo, el capital inicial del que se dispone también determina la forma jurídica, ya que en algunos casos es imprescindible tener un capital mínimo para constituir una empresa.
Si todavía estás decidiendo la forma jurídica de tu empresa, no olvides asegurarte una buena gestión administrativa. En Interalde te ayudamos a iniciar este proceso.