Hoy queremos tratar un tema que no es de los más habituales pero que, en alguna ocasión, se nos ha presentado en Interalde: los planes de prejubilación. ¿Cómo podemos analizar, diseñar y ejecutar un plan de prejubilación para una empresa cliente o externa?
Ante todo, señalar que estos procesos se estudian y llevan a cabo habitualmente en empresas de cierta envergadura y con cierto nivel de personas en plantilla. Aunque lo puede llevar a cabo cualquier empresa, los planes de prejubilación conllevan unos costes que normalmente solo pueden asumir las grandes compañías.
¿Qué es una prejubilación?
Una prejubilación es un acuerdo entre la empresa y la persona trabajadora por el cual ésta se retira antes de la edad a la que le correspondería jubilarse. Suele negociarse con personas que están próximas a la edad de jubilación pero que no cumplen todos los requisitos para acceder a la jubilación anticipada. La prejubilación es una figura que no se encuentra regulada, por lo tanto, no hay fijados unos requisitos concretos para acceder a ella. Surgirá del pacto privado entre las partes implicadas.
Sí que es cierto que, por lo general, se recomienda esperar a que al menos la persona trabajadora tenga 55 años o más. Es muy interesante contar con asesoramiento experto si te estás planteando llevar a cabo un proceso de esta envergadura en tu empresa, ya que es necesario hacer un análisis exhaustivo y no solo en términos económicos.
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¿Cuál es el proceso habitual en una prejubilación?
En la práctica, tras haber negociado con las personas trabajadoras y sus representantes (en su caso), se llevará a cabo un despido (ya sea colectivo o individual, según corresponda) en el que previamente se habrán pactado las indemnizaciones correspondientes con el fin de compensar salarialmente, tanto durante la prestación de desempleo como una vez finalizada ésta, hasta el momento de acceso a la jubilación.
En la práctica, se suele pactar una compensación que oscila entre el 60% y el 80% del salario que percibía la persona trabajadora, dependiendo de varios factores como su antigüedad o el tiempo que durará su prejubilación. También se suelen pactar otros asuntos como la no concurrencia.
Una vez finalizada la prestación contributiva de desempleo, la empresa y la persona prejubilada firmarán con la Seguridad Social un convenio especial con el fin de mantener las bases de cotización hasta el momento de la jubilación de la antigua persona trabajadora, con el fin de no perjudicarle y que no se vea minorada la futura pensión.
¿Por qué puede interesarle a una empresa llevar a cabo un plan de prejubilación?
Los principales motivos suelen ser económicos, estratégicos y reputacionales.
Con este tipo de procesos, se suele perseguir la idea de rejuvenecer la plantilla. Esto conlleva una reducción de costes para las empresas. Sin embargo, debemos procurar que no nos perjudique la pérdida de experiencia y conocimiento en ella.
Por otro lado, en el ámbito reputacional, está mejor visto pactar una salida digna para las personas empleadas que llevar a cabo un proceso de despidos ya que esto último llevará unos costes económicos asociados a los litigios y fomentará un mal clima en la organización.